4 de mayo de 2014

Semanario BRECHA Elección de horas en Educación Secundaria. Una de las claves para el cambio de modelo.

Elección de horas en Secundaria
Uruguay ha experimentado cambios profundos en los últimos diez años: crecimiento económico, reducción de la pobreza, formalización y expansión del mercado de trabajo. La acción conjunta de la reforma tributaria y las políticas sociales permitió el crecimiento económico con distribución del ingreso. No obstante, por el estancamiento del sistema educativo, este nuevo modelo de desarrollo comienza a tener dificultades, tanto para el crecimiento económico como para la redistribución del ingreso. No obstante, por el estancamiento del sistema educativo, este nuevo modelo de desarrollo comienza a tener dificultades, tanto para el crecimiento económico como para la redistribución del ingreso. Esto señala que la piedra angular para continuar con este modelo de desarrollo incluyente es la mejora de la educación. El problema principal se encuentra en la educación media. No es posible continuar avanzando con un estancamiento –de más de veinte años- del egreso de la educación media, donde sólo 4 de cada 10 jóvenes culmina el ciclo. 
La lógica electoral ha puesto a la educación en la agenda pública no de la mejor manera. Mientras los partidos de la oposición sólo ven problemas, el programa del Frente Amplio reconoce los avances en los últimos dos gobiernos y señala los grandes desafíos. Para los desafíos pone el foco en los retos de la educación media, donde advierte que para la universalización efectiva se “requiere un rediseño institucional y revisar la arquitectura institucional actual”. Es necesario un cambio estructural, que abarque la formación inicial de docentes, la actualización permanente, la carrera docente, el diseño curricular, así como el modelo de servicio y de gestión, y mantener un esfuerzo fiscal.

Uno de los temas claves para el próximo decenio es la transformación del modelo de servicio y de gestión de la educación, especialmente de la educación media.  Dentro de estos problemas endémicos nos encontramos con las enormes dificultades de transformar los centros educativos en organizaciones estables, que conozcan profundamente los problemas de los jóvenes, que cuenten con la información y los recursos locales necesarios, que elaboren un proyecto pedagógico con metas claras y que estén en condiciones de rendir cuentas de los resultados de sus propios proyectos. Para ello, es necesario que el centro educativo sea el locus principal de las acciones educativas, esto identifica la descentralización y empoderamiento de los centros educativos como una de las políticas principales. No se trata solamente de descentralizar competencias hacia los consejos desconcentrados, ni hacia regiones, sino hacia la unidad de acción principal del hecho educativo: el liceo, la escuela o la escuela técnica. 

El principal escollo para la estabilidad de los centros educativos es el modelo de asignación de docentes a los distintos centros, conocido como “elección de horas”. Aquí está la piedra angular para resolver el problema de conformar centros educativos como organizaciones estables que permitan lograr el reconocido “efecto establecimiento”, es decir, mejora de los resultados por el compromiso colectivo de una comunidad educativa.  
El problema de la elección anual de horas se encuentra presente en la educación media (UTU y Secundaria) y en formación de docente, no obstante, por su dimensión resulta clave este fenómeno en los liceos. Aunque parezca increíble desde el año 1986 se adoptó un régimen de elección anual de horas que supone la inestabilidad laboral más grande de la administración pública uruguaya. En efecto, más de 17.000 docentes de secundaria año a año no saben dónde trabajarán ni cuántas horas de trabajo tendrán.
Pero el problema que genera la elección anual de horas se observa también en la inestabilidad de los equipos docentes de los liceos, donde –según un estudio para la elección de horas del año 2013- sólo el 67,1% de los profesores permanece en el liceo donde se desempeñó el año anterior y no –necesariamente- con la misma caga horaria. Pero el problema es que todos los docentes –potencialmente- pueden cambiar de liceo y en consecuencia se hace difícil que se sientan parte de una comunidad educativa. Esto hace difícil conformar comunidades educativas estables y procurar el necesario “efecto establecimiento”.  No obstate, el problema de la rotación de docentes es mayor en los liceos de la periferia de Montevideo y zona metropolitana, que son los liceos donde acuden jóvenes de contexto socioeconómico más vulnerables. Aun con estas reglas, existen liceos -como sucede en el Departamento de Colonia- con comunidades educativas estables, baja rotación de docentes y buenos resultados.
Por otra parte, la lógica de elección hace que los docentes más experimentados elijan sus horas en los liceos que presentan menos problemas, los de bachillerato y los que se encuentran en zonas de mejor contexto socioeconómico. A esto se suma que las reglas de elección de horas permite elegir liceos, pero también permite elegir menos horas que la unidad docente (20 horas más 4 de coordinación), esto hace que –por preferencias individuales, porque no alcanzan las horas en su asignatura o por tener otro trabajo- más de 10.000 docentes (de 18.000 docentes/asignatura) elige menos que 20 horas. Esto significa que el 56% de los docentes asume solamente un 26,6% de las horas, en otras palabras, más de la mitad de los docentes tienen otra actividad (privada o pública, sea docente o no docente) y su actividad principal no es la docencia en Secundaria. El efecto de la elección de horas anual genera centros educativos inestables y con muchos docentes con poco tiempo en los liceos.
En las últimos treinta años las iniciativas y los esfuerzos por cambiar este modelo de asignación de docentes a los liceos han sido muchos, no obstante, el problema es más complejo de lo que se cree. De hecho, al final de período de gobierno de Tabaré Vázquez, el Consejo de Educación Secundaria, llegó a un acuerdo con la Federación de Profesores de Educación Secundaria (FENAPES) de culminar con la elecciones anuales de horas, en el marco negociaciones en el MTSS. Este acuerdo, por razones que desconozco no se aplicó para la elección 2011. En esta oportunidad se advirtieron los inhibidores de un cambio. En primer término, es necesario un mínimo de estabilidad en el número grupos y de liceos por Departamento, esto se hace difícil en una política de expansión de planta física como la de los últimos años. En segundo término, generan inestabilidad los docentes que –habiendo tomado horas en Secundaria- eligen horas en formación docente, esto hace que docentes formados y experimentados renuncien a las horas en los liceos (generalmente horas muy requeridas en bachillerato) y que provocan vacantes por más de un 10% de las horas al inicio del año lectivo. Tercero, la creación de cargos de docencia indirecta (adscriptos, preparadores, etc.) y la rotación de cargos de dirección provocan renuncias al comienzo de los cursos. Cuarto, la política de concursos docentes, es necesario primero hacer concursos para lograr la efectividad de los docentes, en un contexto donde 8.000 de los 17.000 docentes de Secundaria son interinos. Y, finalmente, los cambios en los planes, que modifican el número y la distribución de horas. 
El mecanismo de elección anual de horas es posible y necesario. Es posible generar acuerdos con los docentes y el sindicato, debe ser parte de un proceso de estabilización general del sistema y debe dar el espacio y la oportunidad para efectuar los cambios estructurales imprescindibles para este período.  Si se adopta una resolución administrativa, apresurada, no negociada y que no tenga en cuenta que debe estar en marcada en un cambio estructural del modelo educativo, sólo servirá para retardar los cambios de fondo.
Los cambios profundos –curriculares y estructurales- que pueden revertir esa situación de insatisfacción generalizada con la educación media deben estar en el marco de una reforma integral de la educación. Solo así se podrá salir del estancamiento educativo de más de treinta años y será posible continuar avanzando con el desarrollo económico y con la distribución del ingreso.


Martín Pasturino
Egresado del IPA, ex secretario docente del CODICEN, ex consejero de Educación Secundaria, actual Coordinador de la Unidad de Asesoramiento Estratégico del INEFOP y coordinador del grupo de educación de Propuesta Uruguay 2030.

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